¿Puede una máquina causar un accidente de tráfico?

Las noticias sobre cómo la inteligencia artificial está adquiriendo competencias y comienza a invadir nuestra vida cotidiana se suceden día tras días.

Según la Comisión Europea, la IA (inteligencia artificial) es la “habilidad de una máquina de presentar las mismas capacidades que los seres humanos, como el razonamiento, el aprendizaje, la creatividad y la capacidad de planear”.

A través de los datos que recibe y procesa, una IA permite que los sistemas tecnológicos perciban su entorno y se relacionen con él, resuelvan problemas y tomen decisiones con una finalidad concreta.

En nuestro entorno hay ya ejemplos prácticos en los que la IA ya está presente. El robot aspirador que está en muchas casas o los asistentes virtuales que obedecen nuestras órdenes al reconocer la voz. Pero también ha conseguido hacerse un hueco en la conducción. 

Gracias a servicios como Google Maps, nuestro teléfono inteligente calcula la mejor ruta para llegar a nuestro destino, nos avisa si hay accidentes en tiempo real y nos propone rutas alternativas cuando hay un atasco. 

Incluso en Estados Unidos se investiga en aplicaciones que puedan predecir los accidentes de tráfico. Se trata de sistema de aprendizaje neuronal que combina datos históricos de accidentes, trayectos registrados por GPS en coches y mapas e imágenes de satélite de alta resolución. 

Si es efectivo, este sistema predictivo sería una gran ayuda para planificar el tráfico de carreteras y ciudades, los conductores evitarían accidentes y también se vería reflejado incluso en las pólizas de las compañías de seguros. 

Otro de los aspectos donde también se está implementando la inteligencia artificial es la conducción autónoma. Los coches que se conducen solos auguran una revolución de la movilidad urbana, aunque se encuentran en fase de pruebas. Entre sus ventajas se pueden enumerar su capacidad para identificar obstáculos, procesar señales y evitar accidentes. Pero la pregunta es, ¿son infalibles?

Es decir, ¿un coche autónomo podría provocar un accidente de tráfico con víctimas? La respuesta es afirmativa y ya ha sucedido en Estados Unidos. 

Hace unos años, una mujer que cruzaba una calle caminando con una bici en la mano fue atropellada por un vehículo autónomo de Uber, que estaba de pruebas, en una localidad de Arizona. 

Los sistemas del coche, cuya conductora de apoyo en ese momento estaba distraída con su móvil, detectaron a la peatona 5,6 segundos antes del choque pero no detuvieron el vehículo ya que no pudieron determinar si era un ciclista, un peatón o un objeto desconocido, o si se dirigía hacia el camino del vehículo.

El caso llegó a los tribunales, pero los fiscales no presentaron cargos contra Uber por este hecho, sino que lo hicieron contra la conductora de respaldo que iba en el vehículo por no vigilar la carretera mientras veía la televisión en su teléfono.

En 2019, un joven en California que conducía un Tesla en modo piloto automático chocó contra otro vehículo causando la muerte de sus dos ocupantes. En esta ocasión se presentaron cargos criminales por un sistema que llevan unos 765.000 coches alrededor del mundo. Y surge de nuevo la pregunta: ¿quién ostenta la responsabilidad en caso de accidente, el fabricante del coche o el conductor?

Al parecer esta responsabilidad va a depender del fabricante, por ejemplo Volvo ha asegurado que tiene tanta confianza en su tecnología que está dispuesto a cubrir los gastos, mientras Tesla la traslada al conductor. 

Además, las autoridades de cada país van a tener que empezar a regular en este asunto porque la inteligencia artificial ya empieza a formar parte de nuestra vida diaria y dentro de poco de nuestra conducción. 

Recuerda que en MURUA Abogados somos especialistas en accidentes de tráfico. Llámanos y te asesoraremos.